23 agosto 2010

"Sobran los motivos para la Huelga general"


La huelga general del 29 de septiembre está más que justificada. Un golpe mortal a la inversión pública y el empleo, una reducción de salarios públicos sin precedentes, una injusta congelación de pensiones, un golpe bajo a las personas dependientes, una cirugía sin anestesia a la negociación colectiva, un despido más fácil, más rápido y más barato, luz verde a las agencias privadas de colocación con ánimo de lucro mientras agonizan los Servicios Públicos de Empleo, y un aumento de la discrecionalidad empresarial que quiebra todavía más el ya desequilibrado marco de relacione laborales en la empresa. ¿Alguien da más? Ante tanto atropello, los sindicatos, si querían estar a la altura de las circunstancias y responder con dignidad, sólo tenían un camino: la huelga general. El gobierno se ha saltado todas las líneas rojas. Ha bajado la cabeza y se ha rendido a la derecha conservadora europea, a los mercados y a los lobbys financieros, los mismos que con su ideario y acciones especulativas provocaron la crisis que ahora nos atenaza. Claro que a este radical cambio de rumbo, el gobierno lo llama "patriotismo, responsabilidad y coraje", justo el que le falta para actuar con las rentas más altas y el fraude fiscal. Lamentable. Luego dirán que los sindicatos con la huelga general allanan el camino al PP. No. Al PP el trabajo sucio se lo hace el gobierno del PSOE y así las cosas, un amplio sector de la ciudadanía no dudará en apoyar a los verdaderos inspiradores de estas medidas: la derecha política y económica, el neoliberalismo. Y aunque CCOO hace tiempo que hace y siente la autonomía sindical como principio irrenunciable, no puede por menos que lamentar tan espectacular involución en la política del gobierno. Hace 8 años, Zapatero ganó las elecciones con el voto mayoritario de los ciudadanos y ciudadanas, muchos de ellos jóvenes. Hoy las medidas aprobadas en materia económica y laboral son, sobre todo, un mazazo a las expectativas laborales de los jóvenes: lo tendrán más difícil para encontrar empleo; cuando lo encuentren lo realizarán en peores condiciones -jornadas más largas, salarios más bajos, derechos más vulnerables-; y su contrato podrá ser rescindido de forma más fácil, barata y arbitraria. Por eso, creo que merece la pena secundar, participar, apoyar la huelga general. Hay que parar las medidas del gobierno. Todos los trabajadores están convocados. Sobran los motivos.


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