08 junio 2009

CCOO cree que la baja participación y el giro a la derecha del Parlamento Europeo constituyen un nuevo reto para el sindicalismo europeo


La Secretaría de Internacional de CCOO ha hecho pública una primera declaración sobre los resultados de las elecciones europeas, que ha juzgado como decepcionantes y preocupantes. "El nuevo Parlamento es peor que el anterior, pero hay que seguir construyendo alianzas para lograr mayorías en temas clave de la construcción europea y la Europa social", señala el secretario de Internacional de CCOO, Javier Doz.


La Secretaría de Internacional de CCOO ha hecho pública una primera declaración sobre los resultados de las elecciones europeas celebradas ayer -algunos países fueron a las urnas unos días antes- que ha juzgado como decepcionantes y preocupantes, a partir de las siguientes consideraciones:
1.- La altísima abstención producida, el 43,39%, supera en dos puntos la registrada en 2004, lo que confirma la escasa complicidad de la ciudadanía con la política comunitaria y especialmente con sus instituciones. Una situación que debe preocupar de manera singular a las fuerzas políticas y sociales europeístas, que ven como se difumina el futuro de Europa.
2.- Las elecciones otorgan el triunfo al Partido Popular Europeo, que gana porcentajes y diputados, mientras retroceden claramente el Partido Socialista Europeo e Izquierda Unitaria Europea. En menor medida, pierden votos y escaños los liberales. Incrementan votos los verdes y diversas listas populistas y antieuropeas, que contribuirán a diluir aun más la legitimidad del proyecto europeo.
3.- La aparente contradicción derivada de la aplicación de políticas keynesianas por parte de gobiernos de distinto signo y el giro a la derecha, con incrustaciones de la extrema derecha, observado por el electorado europeo, podría explicarse por las nefastas campañas electorales, la parálisis política de Europa en los últimos años -rechazo a la Constitución Europea, mala digestión de la ampliación, atasco del Tratado de Lisboa, predominio de los intereses nacionales (en ocasiones, a modo de nacionalismo antieuropeo), o falta de una auténtica cooperación europea- y la prolongada ausencia de liderazgos y proyectos en Europa, además de la profunda crisis ideológica y política de la izquierda, especialmente en países como Italia, Francia, Alemania y Reino Unido.
4.- España no escapa a este análisis, lo que debe llevar a una ambiciosa reflexión a las fuerzas de izquierda para recuperar una idea progresista de Europa.
CCOO cree, finalmente, que la CES debe desarrollar su programa sindical -frente a la crisis, por el cambio de modelo económico y la profundización del modelo social europeo- apoyándose en la capacidad de acción sindical transnacional, de movilización y autonomía sindical. "El nuevo parlamento es peor que el anterior, pero hay que seguir construyendo alianzas para lograr mayorías en temas clave de la construcción europea y la Europa social", concluye el secretario de Internacional de CCOO, Javier Doz.

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