18 noviembre 2008

CCOO considera que las conclusiones de la cumbre del G20 son insuficientes y ambiguas

“Aunque los acuerdos del G20, contenidos en la Declaración de Washington, suponen en la práctica el enterramiento de las recetas del llamado “Consenso de Washington” y de la doctrina neoliberal que ha presidido la política económica de las instituciones financieras internacionales y de los principales gobiernos en los últimos 30 años, lo cual es positivo, no son suficientes para hacer frente a una crisis financiera y económica de la envergadura de la que padece el mundo y que, de no actuarse con más energía y precisión, podría desembocar en una prolongada depresión”, ha declarado Javier Doz, secretario de acción sindical internacional de CCOO, que ha participado, en Washington, en la reunión sindical paralela, organizada por la Confederación Sindical Internacional (CSI).

El hecho de que los principales países desarrollados y emergentes y la UE, junto con el FMI y el Banco Mundial, adopten una posición común frente a la crisis y se comprometan a realizar una reforma del sistema financiero internacional es necesario y positivo; también el que hayan dejado de preconizar las habituales políticas de ajuste, que aplicaron a las pasadas crisis financieras de los mercados emergentes, para adoptar propuestas de corte keynesiano. Sin embargo, ha añadido Javier Doz: “la relativa imprecisión de las medidas coordinadas de reactivación económica de la Declaración de Washington del G20 se compadece mal con la urgencia y contundencia necesarias de tales medidas cuando todo el mundo desarrollado está entrando en recesión. Al mismo tiempo, la alusión a las “medidas fiscales” puede significar tanto rebaja de impuestos como aumento del gasto público”. La CSI preconiza un fuerte aumento coordinado de las inversiones públicas, incluyendo el sector medioambiental y de las energías renovables, y de los gastos de protección social; “frente a las rebajas de los impuestos, los gastos de inversión y protección de los desempleados no sólo son más justos sino, también, más eficaces para la reactivación”, ha afirmado Doz.

La reforma del sistema financiero, para que no vuelva a producirse una crisis de esta naturaleza -en la que tanto han influido la avaricia de los financieros y especuladores como la colaboradora incompetencia de los reguladores- requiere normas internacionales fuertes e instituciones de control, frente a quienes preconizan sólo autorregulación y supervisión. “Aunque es lógico que una reforma de esta naturaleza requiera tiempo y mucho trabajo, las propuestas del G20, partiendo de principios que se pueden compartir, no clarifican cual de estas dos orientaciones vaya a adoptarse finalmente” ha añadido Javier Doz.

“Lo mismo que en sus referencias al cumplimiento de los Objetivos del Milenio y al desbloqueo de la Ronda de Doha de la OMC, en lo relativo a los dos asuntos principales de la reunión -reactivación económica y reforma financiera-, sus conclusiones sólo se podrán valorar adecuadamente cuando transcurra un tiempo y se concreten las medidas apuntadas. Por ello resulta imprescindible que la representación sindical de la CSI sea formalmente reconocida como interlocutora por el G20 y pueda participar en los trabajos preparatorios de su próxima cumbre”, concluye Javier Doz en sus declaraciones.

La delegación sindical del G20 mantuvo reuniones con Dominique Strauss-Kahn, director general del FMI; Robert Zoellick, presidente del Banco Mundial; Lula da Silva, presidente de Brasil y del G20 y altos funcionarios del equipo de transición del presidente electo de los EE UU, Barack Obama. La actitud de Zoellick fue correcta y la de los demás interlocutores receptiva de las propuestas sindicales, especialmente la del presidente Lula.

No hay comentarios: