15 agosto 2006

Burnout, quemado...


El actual ritmo laboral, cada vez más acelerado, suele provocar periodos de estrés entre la mayoría de trabajadores. Pero estar estresado no es lo mismo que estar quemado. El burnout, como se denomina a este síndrome en los países anglosajones, aparece tras un proceso de agotamiento mental, físico y emocional continuo. Los expertos advierten de que si no se diagnostica a tiempo suele desencadenar en una depresión aguda, hasta el punto de forzar la baja laboral. Las causas de esta enfermedad son una mala organización empresarial y una inadecuada predisposición del empleado.
La primera vez que se escuchó el termino burnout fue en 1974, en boca del psicólogo clínico alemán Herbert Freudenberger. Desde entonces, se le han dado innumerables definiciones a esta enfermedad, muchas de las cuales coinciden en tres aspectos fundamentales: agotamiento emocional, aislamiento laboral y vacío existencial, derivado de la creencia de que el trabajo que uno hace carece de sentido.
A pesar de que el absentismo laboral causado por este síndrome supone un coste elevado para las empresas, el burnout todavía no está regulado. Si bien algunos Tribunales de Justicia ya lo han reconocido como "enfermedad profesional", en la mayoría de casos "no se suele asociar con el desarrollo del trabajo", lamenta la psicóloga Maribel Novella, profesora del Máster de Prevención de Riesgos Laborales de la Universidad Politécnica de Cataluña.
En su opinión, esta enfermedad depende mucho de la personalidad de cada uno, así como de los aspectos negativos que tenga que afrontar durante su jornada laboral. Las personas que potencialmente pueden desarrollar este síndrome suelen haber estado "muy motivadas" al acceder a un nuevo empleo, y haber ido perdiendo fuerzas e ilusión al ver "incumplidas sus expectativas", explica Novella. En la mayoría de casos, por otra parte, los afectados reconocen haber sido explotados por su empresa, que no cumplía con el contrato firmado.

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