19 diciembre 2006

Mientras unos ganan dinero, nosotros...

La economía funciona bien para algunos.

Las noticias que en las últimas semanas atiborran las páginas económicas de los diarios rezuman una euforia incontenible. La bolsa ha roto sus máximos históricos, los beneficios empresariales y bancarios baten nuevos récord y los dividendos repartidos a los accionistas han sido los más cuantiosos de la última década. A la luz de los resultados, parece que a la clase empresarial le va de mil maravillas con el gobierno de Rodríguez Zapatero. El cuento, obviamente, es muy diferente para los trabajadoresdores y sus familias.

Presupuestos generales 2007

Entramos en el tercer año de gobierno de Zapatero y a pesar de toda la maquinaria desplegada por los medios de comunicación insistiendo en que los presupuestos de este año ahondan en el gasto social, un análisis más serio de los mismos nos hace llegar a la conclusión de que no es así y que son más de lo mismo con respecto al año pasado: unos presupuestos que no abordan los problemas de los trabajadores y siguen dictados por los más poderosos. Según nos plantean los economistas parece ser que estamos en una buena situación económica. Por primera vez en la historia el Producto Interior Bruto (PIB) superará el billón de euros, venimos de diez años seguidos de crecimiento económico descontando la inflación, etc.

¿Cuál es la inflacción real?


La vida es cada vez más cara. Nada escapa al aumento de los precios: la cesta de la compra, la vivienda o los carburantes, protagonistas tradicionales de la alarma, son sólo la punta del iceberg.
“Los productos y servicios básicos que consumen los españoles frecuentemente han subido más de un 60% de media desde la entrada del euro, en el año 2002. Mientras, el incremento salarial acumulado en ese mismo periodo, según los datos oficiales, apenas alcanza el 20%. Si se cruzan las variables, el resultado de esta ecuación no deja lugar a dudas: el coste de vida en España se ha incrementado a un ritmo tres veces superior al de los sueldos”.
Estas palabras se publicaron el 22 de agosto en el diario económico Expansión, poco sospechoso de defender a los trabajadores. Antes, el día 12 de junio publicaban:
“El encarecimiento de los alimentos no tiene freno, al tiempo que sigue creciendo el precio de las gasolinas, la luz, la electricidad o el gas. Los fuertes incrementos contrastan con el alza de los salarios, que queda en el 3%
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